Inicio Actualidad Quedó al descubierto el falso allanamiento a Macri

Quedó al descubierto el falso allanamiento a Macri

824
0

A pesar del entusiasmo de Juntos por el Cambio, el allanamiento a la quinta de Macri se parece más a una farsa que a un thriller político. Enterate por qué.

Primer acto: Mauricio Macri regresa de Europa con la instrucción de permanecer 14 días en aislamiento, como cualquier ciudadano que viaja al exterior. Parte de los protocolos para impedir “casos importados” de COVID 19. El expresidente no espera, no puede esperar: a la semana convoca a una reunión presencial a tres miembros de su espacio, ninguno de relevancia nacional: los intendentes Martín Yeza, de Pinamar; Francisco Ratto, de San Antonio de Areco, y Ezequiel Galli, de Olavarría. Carnada viva.

Lejos de ser secreta, la “mini” cumbre sale a la luz mediante tuits de los propios intendentes, que luego aseguran que no estaban al tanto de que el expresidente no estaba facultado para mantener encuentros presenciales. “Fue al aire libre”, se justificaron, inocentemente. Sus vecinos entendieron con esa declaración por qué explotan los casos de COVID. Pinamar: 467 positivos y 12 fallecidos; San Antonio de Areco 205 casos y dos fallecidos; Olavarría 792 contagios y 20 fallecidos.

Segundo acto: Macri intenta otro desesperado llamado de atención. Escribe una carta abierta, la hace publicar en La Nación y la tuitea. Su estilo es confrontativo y apunta a la administración de Alberto Fernández. Sólo un puñado de dirigentes -entre ellos María Eugenia Vidal– se sube a su propuesta de ensanchar la grieta.

El tiro le sale por la culata: Macri pedalea en el aire. Grita en el vacío.

La historia se escribe sola ¿o no? Tiene un tercer acto. El juez federal Juan Manuel Culotta ordena un allanamiento la quinta de Los Abrojos, donde Macri se reunió con los intendentes del PRO. El viejo Call Center de Marcos Peña sale a instalar el hasttag #allanameesta y la idea de que Mauricio Macri, un expresidente casi sin poder, es víctima de persecución política de parte del gobierno K.

Así lo sintetizó Patricia Bullrich, otro de los “halcones” Macristas: “A Cristina la mueve el odio, y el Presidente ejecuta su orden. Si no, que expliquen cómo un juez manda a allanar la casa de Mauricio Macri por una cuarentena, cuando el propio Gobierno la niega por cadena nacional”, manifestó la ex ministra de Seguridad.

Pero la trama no se escribe sola. O al menos eso sospecha fácilemente cualquier ciudadano informado, que esté al tanto respecto de quién es Juan Manuel Culotta. Este portal escribió largo y tendido sobre él. Antes de las elecciones legislativas de 2017, Cambiemos lo puso -flojito de papeles- al frente del Juzgado Federal 1 de La Plata, que tiene competencia electoral sobre todo el territorio de la Provincia.

Para eso intentó primero un “traslado” que fue cuestionado en el Consejo de la Magistratura -que previamente había sido tomado por asalto por el oficialismo-. El propio Culotta expresó al Consejo de la Magistratura que le interesaba el “traslado” para poder velar por las causas de Derechos Humanos que allí tramitaban. Ni antes, ni después, demostró interés en la temática.

El problema es que no pertenecía a la jurisdicción ni tenía la competencia que pretendía subrogar, requisitos que la propia Corte Suprema marcó como obligatorio. Finalmente fue declarado inconstitucional.

Pero logró, mediante una subrogancia, la competencia electoral del juzgado, justo antes de los comicios. Una vez finalizada la elección -que Cambiemos ganó en la Provincia, con las candidaturas de Esteban Bullrich y Gladys González-, Culotta perdió el interés y volvió a su despacho en el juzgado federal de Tres de Febrero.

Su breve paso por el Federal 1 dejó un escándalo. El intendente de José C. Paz, Mario Ishii, denunció que Culotta le impidió competir en la interna contra el PJ de Florencio Randazzo, que compitió “por afuera” y le quitó algunos puntos a la Unidad Ciudadana de Cristina Fernández de Kirchner.

Se pueden decir más cosas sobre Culotta. Que es un egresado del colegio Cardenal Newman, igual que Macri y su círculo más cercano, por ejemplo el ex secretario de Legal y Técnica de la presidencia, Pablo Clusellas. También que fue parte de la investigación que terminó con un agente de la ex SIDE -El “Lauchón” Viale- acribillado a balazos por la bonaerense.

Ese es el perfil del juez que ordenó el allanamiento a Macri. No fue un juez “K” sino un “juez M”. La hipótesis sobre una posible pérdida de influencia de parte del Expresidente parece menos probable que la del inicio de una campaña de victimización que, por ahora, no resonó fuera de ese microclima en el que todos creen que el país está siempre a punto de estallar.

El peronismo habló de un «autoa llanamiento» y se desligó de las denuncias que originaron las medidas judiciales de Culotta. «Los peronistas no andamos con gorra y uniforme soplándole a la Justicia infracciones o delitos de nuestros oponentes», se defendió en un comunicado bastante visceral el PJ Bonaerense.

Aprovecharon para recordarle al expresidente y a su tropa que durante sus cuatro años de Gobierno los «compañeros y compañeras» soportaron «el vejamen de la prisión preventiva justificada por la doctrina Irurzun. Y, fundamentalmente, nuestra compañera Cristina Kirchner». La expresidenta no quedó tras las rejas pero si padeció el allanamiento de sus propiedades, en las que se provocaron serios daños. Ella también se burló del asunto: «Fake llanamiento», twiteó.

Macri, como Vidal, que está a punto de lanzar un libro, copian fragmentos de la estrategia que registró Cristina Fernández de Kirchner para volver al poder. La célebre frase de Marx -corrección a un pensamiento de Hegel-, en torno a que “la historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”, se vuelve más precisa de la mano del macrismo. Es, en este caso, “una farsa en tres actos”.

Comente con Facebook