
El lunes último, el Gobierno bonaerense sorprendió al anunciar que, dentro de los protocolos para la apertura de hoteles durante la temporada turística se establecerá que no se pueden usar los aires acondicionados.
La decisión fue comunicada durante la presentación de la atípica temporada de verano 2020, que comenzará el 1° de diciembre y se extenderá hasta el 4 de abril de 2021, y estará signada por fuertes controles sanitarios y de circulación para evitar que haya aglomeraciones en los principales puntos de encuentro de los turistas.
Pero ¿por qué no se debe usar el aire acondicionado? Recientemente, la Organización Mundial de la Salud recomendó que se aumente “la tasa de ventilación por medios naturales o mecánicos, preferiblemente sin reciclar el aire”.
Si bien el organismo no había dado ese consejo en el comienzo de la pandemia, en junio el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades Infecciosas (CDC) de China, publicó un estudio sobre un caso de brote masivo en un restaurante de la ciudad de Guangzhou y determinó que pese a que las personas guardaban la distancia social, “un fuerte flujo de aire desde el acondicionador de aire podría haber propagado gotitas”.
A partir de esta información, un grupo de científicos internacionales presionó a la OMS para “reconocer la posible transmisión aérea del COVID-19”, en un artículo publicado en una revista científica de la Universidad de Oxford.