En un discurso por videoconferencia al Foro Económico Mundial de Davos, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, señaló que «Europa invirtió miles de millones para desarrollar las primeras vacunas contra la Covid-19».
Por eso, añadió, «ahora, las empresas deben mantener sus promesas y honrar sus obligaciones».
Las enormes inversiones, señaló la funcionaria, fueron destinadas a «construir infraestructura de investigación e instalaciones de producción» y se proponían ayudar a desarrollar «un bien común verdaderamente global».
La UE buscó mecanismos para lograr algún tipo de coordinación en las campañas nacionales de vacunación en los 27 países del bloque, pero rápidamente surgieron problemas por retrasos en la distribución de las vacunas, recordó la agencia de noticias AFP.
Hasta el momento, la UE ya certificó y autorizó dos vacunas -las de Pfizer-BioNTech y Moderna- y pretendía dar la luz verde esta semana a la de AstraZeneca.
Sin embargo, los problemas surgidos con retrasos en la distribución de las dosis de Pfizer/BioNTech se agravaron en días recientes después que AstraZeneca también anunciase que experimentaría demoras en sus entregas.
Ante estos retrasos en la entrega, el ministro de Salud alemán, Jens Spahn, se mostró hoy partidario de restringir las exportaciones de vacunas producidas en la UE.
«Las vacunas que salen de la UE necesitan una licencia para que al menos sepamos qué se produce y qué sale de Europa. Y si salen de Europa, que haya un reparto justo», dijo el funcionario a la cadena ZDF.
No se trata de «la UE primero, sino de la parte de Europa, es decir, la parte justa», argumentó.
Otras funcionarios europeo ya hablan de denunciar a los laboratorios, tal como opinó el ministro de Relaciones Exteriores de Letonia, Edgars Rinkevics, en una declaración realizada por su vocero: «La posibilidad [de una acción legal] debe evaluarse y debe coordinarse entre los países de la UE».
A raíz de la demora, el Estado italiano ya empezó la preparación para iniciar acciones legales contra la firma estadounidense Pfizer, que había prometido unas 475.000 dosis semanales.