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La historia de la mujer que encontró $110.000 y los devolvió

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Toda su vida había soñado con encontrar dinero para sostener a su familia, pero cuando el destino la puso frente a $110.000 no dudó en devolverlos.

Tras separarse de un socio con quien compartía un gimnasio, Diego decidió vender parte de los artículos del local, pero los $110.000 que había recibido como parte de pago tuvieron el peor de los destinos: se le cayeron en la calle al bajar de su camioneta. Lo que parecía que iba a tener un final trágico para el vecino de Pinamar , sin embargo, dio un giro inesperado cuando una mujer encontró el dinero y se lo devolvió.

«Todavía en este país hay personas de bien, tantos ejemplos malos se ven a diario en la tele y en las redes, pero esta vez fue distinto, aún podemos creer en las personas«. Con este emotivo mensaje, el hombre de 40 años le agradeció a Zulma , oriunda de San Isidro y radicada en Ostende. «En una época tan difícil que se atraviesa, primaron sus valores y su ser de buena persona», agregó Diego, quien decidió dar las gracias de forma pública para compartir un gesto digno de imitar.

Según se supo a través de los testimonios de los protagonistas, el extravío de los 110.000 pesos ocurrió el sábado a la mañana. El hombre se había encontrado con un comprador en la localidad de Ostende, con quien tenía pactada la venta de bicicletas de spinning. Al hacer el intercambio, el pinamarense dividió el dinero en dos fajos y puso uno en cada uno de sus bolsillos. Sin embargo, una vez en su casa de Pinamar, notó que le faltaba uno.

«No me di cuenta ni escuché nada», le contó a este portal. Cuando salió de la vivienda minutos más tarde, la plata ya no estaba, por lo que decidió volver al punto de encuentro con el comprador, aunque sin éxito. Luego, revisó las cámaras de seguridad de la cuadra y vio que una mujer en bicicleta había levantado el fajo. Acto seguido y por recomendación de un amigo, publicó las imágenes en Facebook y contó lo sucedido.

«Salgo a vender varias veces por semana en bicicleta productos para una alimentación saludable, algunos aromatizantes y móviles que fabrico con lana», le explicó a INFOCIELO Zulma, quien es reikista y trabaja limpiando casas en Cariló, a diez minutos de Pinamar. «Voy bajando la lomita y veo el dinero al lado de la camioneta, un poco más hacia el medio de la calle. A dos metros ya me di cuenta de que eran dos fajitos, uno con billetes de 100 y otros de 1000», recordó.

«Se me empezó a acelerar el corazón porque no sabía de quién era», contó, y pensó que podría regresar otro día para averiguar quién era el dueño. «Cuando sigo en la bicicleta me tuve que parar en un lugar a poner la música de reiki e intencionar porque me latía tanto el corazón y no podía más«, confesó, y agregó: «Me empecé a preguntar por qué había pasado esto y después empecé a pensar a mí, que me había encontrado la plata con la que había soñado toda mi vida, porque cuando mis hijos eran muy chiquitos pedía encontrarme dinero para pagar las cuentas, la comida».

Después de contarle lo sucedido a su hermana, Zulma vio la publicación de Facebook y su hijo se contactó con Diego para coordinar la devolución de los $110.000. «Lo puse en una cajita muy prolijita junto a un amuleto para sus hijas», contó la mujer de 53 años, quien forma parte de Reiki al Servicio Pinamar, una iniciativa gratuita que tiene lugar en la ciudad costera. Cuando le entregó los billetes, recibió una recompensa mucho mayor de la que ella esperaba. «Gracias por ser tan amoroso», le dijo, y aseguró que si bien no pudo ver su cara de alegría debido al barbijo, sí logró ver sus ojos.

«Yo le di una recompensa porque creí que estaba todo perdido y por el destino se dio que justo lo agarró esta buena mujer, una persona de buena fe, que sintió que me lo tenía que devolver», sostuvo Diego. Y agregó: «Su actitud fue ejemplar y difícil de ver en estos tiempos».

Pasadas algunas horas, el hombre, quien trabaja en hotelería, publicó la historia en las redes sociales y Zulma se convirtió en blanco de afectuosos mensajes. «Fue furor. No podía dormir anoche porque yo amo la vida y amo la gente y soy un ser muy espontáneo y generoso, vivo regalando cosas y siempre le doy esa cátedra a los hijos, me pareció muy bonito todo lo que puso la gente», expresó.

Y cerró: «La abundancia está en nuestro corazón y si nosotros conectamos con ese corazón, todo lo que soñamos -cada persona tiene un sueño diferente y por eso hay q ser muy compasivo con los demás- llega. Llega de la manera en la que menos te lo esperás«.

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