Guadalupe Leguizamón, de 21 años, está viviendo un calvario. La joven de barrio Meloni de Tafí Viejo, provincia de Tucumán, asegura que cuando fue a dar a luz a sus mellizos, en el hospital Avellaneda le dijeron que no había embarazo y que se fuera a su casa, sin más.
Ella pide un raspaje, porque aduce que le está subiendo la fiebre y que “no aguanta más”.
Según comentó la familia, Guadalupe se realizó una ecografía en el mismo hospital la semana anterior, y entonces se enteró que esperaba dos bebés.
Dos días después se hizo un control y el lunes pasado volvió al nosocomio porque tenía pérdidas. La familia cuenta que le dijeron que eso era normal.
Este martes debía dar a luz a sus bebés. Antes de internarse para el parto se hizo otra ecografía en una institución privada. Se llevó de allí el sobre con el estudio, se dirigió al Avellaneda, donde un médico observó las imágenes y le dijo: “Acá no hay embarazo. Hay dos sacos vacíos. Volvé a tu casa”.
Con cinco ecografías que prueban un embarazo, además de seres queridos que dan testimonio de que los bebés se movían dentro de la panza y de que pudieron escuchar sus latidos; en el hospital le dijeron que no iban a hacer nada hasta el viernes, que regresa la doctora que atendió su embarazo.
Hasta entonces, Guadalupe debe esperar, sin saber qué pasó, si tiene dos bebés muertos o dos sacos vacíos en su vientre… Una situación aberrante.
